El francés llegó a Madrid con todo de cara, pero su bajo rendimiento y la explosión de Camavinga generan muchas dudas acerca de su futuro
Lejos de los temas de esta summeriana, hay otro tema por resolver en la casa blanca. Otro de esos que también llaman ‘fichaje’ a pesar de no serlo. Y no, el Madrid no va a fichar a nadie más para el medio, pero hay otra tarea pendiente. Se trata de recuperar el fantástico estado de forma de Tchouaméni de la primera mitad de la temporada pasada. Muchos ya lo trataban como el sucesor de Casemiro, pero la situación se ha acabado torciendo hasta el punto de apenas contar con oportunidades.
Evidentemente, el Real Madrid confía en el francés y seguirá vistiendo de blanco la siguiente temporada. Desde el club son conscientes que aún tiene que adaptarse al Real Madrid. «La presión y la exigencia son muy altas» dijo el joven galo al ser preguntado. El ex del Mónaco tiene un desafio claro: Volver a hacerse un hueco en la medular del Real Madrid.

Del mismo modo, de perseverar con esas malas sensaciones, el Real Madrid se podría replantear su futuro, pudiendo hablar de una posible venta. Recordemos que se pagó 80 millones más 20 en variables al Mónaco por su pase y la dirección deportiva no le dejaría salir por mucho menos que eso.
Tchouaméni y su declive ‘post-mundial’
Aurélien generó grandes sensaciones entre el madridismo con su gran nivel en la primera mitad de la temporada, rematando la gesta con un excelente mundial con una Francia subcampeona del mundo, siendo indiscutible y decisivo para su combinado nacional. Sin embargo, no todo parecía ser un camino de rosas.
El joven centrocampista volvió de Catar siendo fijo para Carletto, pero su bajo rendimiento en partidos como Mallorca y Villarreal generaron muchas dudas entre el cuerpo técnico. La baja intensidad y el desorden que había en el medio del campo motivaron a Ancelotti a apostar por Camavinga, que rápidamente se hizo con el puesto.
Tras la lesión de Mendy, Ancelotti colocó al ex del Rennes en el lateral izquierdo, pero el pivote esta vez sería Toni Kroos. Una señal más que clara de que al técnico le agradaba cada vez menos la aportación de Tchouaméni al juego del equipo.
El internacional francés ha disputado tan sólo 12 partidos de titular de 32 posibles después del mundial, lo que equivale a un 37,5% de todos los partidos, siendo su única cita importante la final de Copa del Rey ante Osasuna. En cambio, antes del mundial disputó 16 partidos de titular de 19 posibles, es decir, un 84%. Datos que claramente contraponen el rendimiento de Tchouaméni, que buscará parecerse más a su versión ‘pre-mundialista’ la temporada que viene.
Deschamps, con la confianza intacta
La otra cara de la moneda para Tchouaméni reside en la selección. Didier Deschamps siempre ha confiado en él y así lo ha demostrado, formando este parte de todas sus convocatorias desde que llegó al Real Madrid. De hecho, el seleccionador de Les Bleus le ha defendido en varias ocasiones debido a las especulaciones fruto de su poca participación en el club merengue.
«Sigue siendo un jugador de primer nivel, no está en una situación en la que pueda desarrollarse plenamente». Estas son las palabras de Deschamps debido a sus pocos minutos bajo la orden de Ancelotti. Sorprendentemente, para su selección sigue siendo un jugador fijo, más aún pudiendo contar con Camavinga, que desempeña el rol de lateral izquierdo.

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